miércoles, 14 de marzo de 2012

"Exclusividad"

Dicen que las relaciones más fuertes se forjan al compartir los momentos difíciles y tal es el caso entre Lorenzo y yo.
Hace un año ya que mi pequeño gigantón sufrió el accidente y, desde entonces, nuestros destinos se unieron con un amor especial. Aunque hemos tenido tiempos de separación, nuestras vidas han ido complementándose, llenándose de afecto y compañía.
De igual manera ocurrió con mi nieto. Por los estudios profesionales de su mami, mi pequeño y yo tuvimos mucho tiempo para compartir, lo que forjó nuestro vínculo bajo la clasificación de “muy especial”.
Pero, por las terapias de Lorenzo, ocurre con más frecuencia que estemos separados y él ha comenzado a establecer nuevas compañías y afectos. Tal es el caso con mi esposo, con quien sale a caminar por las mañanas o con la empleada, quien le sirve tres opciones distintas de comida durante el día y ni qué decir con mi hijo, que lo llena de mimos.
Este nuevo abanico de cariños no es exclusivo de Lorenzo. Mi nieto, por la inclusión de un nuevo miembro en la familia, ha comenzado también a repartir sus muestras de cariño y preferencia, por lo que la nana se aventuró a decir, a manera de broma: “¡Ya le están haciendo competencia!”.
El comentario me hizo carcajear y, después, pensar.
¿Acaso cuando se ama a alguien, de forma especial, tenemos el derecho de exigir exclusividad? Mi respuesta fue inmediata, “¡No!”. Porque el verdadero amor promueve la libertad y no la dependencia. Y porque, siendo los amores un verdadero tesoro, debemos desear para nuestros seres más queridos que abunden en su vida y sean rodeados por todo el amor posible.
Así que, crece más, mi Lorenzo y sé libre que, yo, pase lo que pase, te seguiré queriendo como “mi amigo especial”.

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