lunes, 23 de enero de 2012

"Opciones y otoños"

El tiempo pasa muy rápidamente, al menos, así ocurre para mí y, me pregunto: ¿Serán para ti los días tan vertiginosos allá, con esa pequeña manada que organiza sus días entre carreras, mañanas al sol, comidas y juegos, como lo son para mí en este lado de la cerca? ¿Extrañarás nuestras caminatas, mis manos sobre tu cabeza o tu mullido colchón?
Poco sé de la vida silvestre o de la organización en comunidades de animales pero, por momentos, cuando te veo a lo lejos, una añoranza extraña me invade y un sentimiento, casi de remordimiento, quiere surgirme desde el alma.
¡Qué difícil es dejar atrás a los que amamos y disfrutamos, Lorenzo! Lo estoy aprendiendo contigo y, seguramente, me llegará el tiempo de practicar lo aprendido con alguien más. Pero te confieso, la frase de “Es por su bien”, a ratos, me parece chocante y agresiva. Porque, ¿acaso nadie piensa lo duro que es para una persona tener un lugar cuando es necesaria y ser desplazada cuando se vuelve “opcional”?
Si soy honesta, mi amigo, me duele pensarme como opcional y no siempre me viene bien el sacrificio. Y reconozco que todo mi reclamo suena egoísta pero, ¿no es un poco cruel que, habiendo ganado un lugarcito en los tiempos difíciles, deba desaparecer en la bonanza?
A pesar de mi ocasional inconformidad, me gusta mirarte cuando retozas ese cuerpo renovado y entiendo, a ratos sólo en la cabeza, que estás mejor ahí. Al final, nada me quitará los buenos recuerdos y, espero, tu nueva vida, no me borre de los tuyos.
El otoño inició para los dos, mi Lorenzo. . . ¡te extraño! (Octubre 30, 2011)

No hay comentarios:

Publicar un comentario