jueves, 19 de enero de 2012

"Paréntesis. . ."

Para vivir no hay fórmulas. Lo que en un tiempo fue bueno y casi indispensable, ahora ya no lo es y hasta puede considerarse dañino.
Lo que jamás esperé, ocurrió. Lorenzo, mi compañía constante por semanas que sumaron meses, hoy ha llegado de visita. Sí, tras un tiempo de separación “sana”, ahora mordisquea un hueso que le había guardado para cuando nuevamente estuviéramos juntos.
La distancia, no siendo lo que yo deseaba, ha sido necesaria para que siga avanzando en la recuperación de su salud. Llegado el momento, la recomendación médica dictó: ¡Espacio y movimiento! Y, por el diseño de mi casa, dejé de ser su mejor opción.
Ahora, rodeado de otros de su especie, Lorenzo pasa los días entre carreras y juegos entre titanes. Sus caminatas ya no son entre los portales de la plaza sino en campo abierto que lo invita a estirar los miembros en toda su extensión.
Mi estilo de vida, de alguna manera, le quedó chico y se convirtió en un estorbo para el movimiento libre que lo ayude a desarrollar todo su potencial.
A decir verdad, lo extraño y mucho. Dice mi hija que, ambos, desarrollamos una conexión y creo que tiene razón. Cuando me oye a la distancia, llora y yo, a lo lejos, lloro con él. Pero es más mi amor por él que mi egoísmo. Así que, hasta nuevo aviso, seguiremos separados. Y quién sabe, si al igual que con los hijos, un buen día volvamos a disfrutar nuestra compañía.
Lorenzo, ¿es acaso esto la profecía de lo que está por venir con ellos. . . tu sabes quién? Aprendamos entonces, amigo y, ya nos llegará el futuro. (Octubre 12, 2011)

No hay comentarios:

Publicar un comentario