A los dos, su vida ha cambiado.
Su cuerpo ha alcanzado toda su estatura y, ahora, disfruta del
movimiento pleno de cada uno de sus miembros.
Las caminatas, además de ser terapia, se han convertido en una fiesta
de olores, carreras y saltos emocionados porque, mi Lorenzo, ahora es un perro.
. . como cualquiera.
Cuando camina por las calles, lo saludan por su nombre y, sólo
algunos, recuerdan aquella estampa de un perro con cabeza gacha, y enjuto por
los dolores.
Lorenzo de Damacan (2 años) |
Hoy, a los dos, está estrenando casa, una con jardín, flores y
piscina. Tiene por compañero de juegos un gato y las aves en los árboles a los
que ladra para recordarles que, allí, vive un perro que guarda con amor y celo su
hogar.
Ahora que ha cumplido dos, empezamos a hablar de retomar los planes
pendientes y pensamos en buscar la primera novia que nos ayude a revelar el
legado genético de nuestro Lorenzo. Si, porque, Lorenzo, “ya no es un bebé”.
Los tiempos han cambiado y se han convertido en aires de paz. Pero, a
los dos años cumplidos, tanto él como yo, sabemos que, los tiempos de lucha,
nos hicieron crecer y aprender. . . a los dos.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, LORENZO! Y, mejor aún, ¡Feliz vida, amigo!
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